Por una definición feminista de libertad – periódico Vas – 25 de septiembre de 2023

Desde principios de septiembre circulan en redes sociales y medios digitales de comunicación reflexiones diversas: Libertad es que tu vieja haya podido jubilarse, libertad es que el 80% de las infancias que sufrieron abusos pudieron contarlo gracias a la ESI (Educación Sexual Integral). Libertad es esto: vidas sin violencias y sin abusos.
La búsqueda, mediante ejemplos, pone en debate el sentido político de la palabra. A la vez, invita a la movilización que tendrá lugar el 28 de septiembre para conmemorar el Día de Acción Global por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito.

En Capital Federal, la convocatoria es a las 16:00 h, en Plaza de Mayo, para marchar hacia el Congreso y llegar a las 18:00, con un pañuelazo.

Las consignas para el encuentro, en este contexto electoral argentino, hacen hincapié en la defensa de derechos adquiridos, como así también en la necesidad de mejorar la calidad de vida en un país en el que ni la jubilación para amas de casa ni el reconocimiento de las tareas de cuidado son ley. Porque, como dijo la periodista Luciana Peker, si las mujeres que cuidan, crían y laburan en la informalidad se quedan sin la moratoria, se viene una tormenta a la intemperie. Por todo esto, y más: Defensa del aborto legal, seguro y gratuito, la ESI. Vidas dignas. Y fuera las derechas, el ajuste y el Fondo Monetario Internacional.

Desde Periodistas de Argentina en Red por una comunicación no sexista también alertan, a cuarenta años de la recuperación de la democracia, sobre el riesgo para el estado de derecho que implican las propuestas de la candidata a la Presidencia de la Nación, Patricia Bullrich, de Juntos por el Cambio, y del candidato al mismo cargo, Javier Milei, de La Libertad Avanza. A la vez, repudian el acto reivindicatorio del terrorismo de Estado realizado el lunes 4 de septiembre en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, organizado por la diputada nacional y candidata a Vicepresidenta por La Libertad Avanza, Victoria Villarruel, y expresan su preocupación sobre el futuro de la agenda feminista que debería incluir la persistencia de la alta tasa de femicidios y violencias por razones de género, la feminización de la pobreza, las brechas de desigualdad en el ámbito laboral y de los cuidados, la falta de perspectiva de género del Poder Judicial y la existencia de barreras para el cumplimiento de las leyes que garantizan la educación sexual integral y la interrupción voluntaria del embarazo.

Desde Mujeres Que No Fueron Tapa y el Colectivo Ni Una Menos afirman que hay una búsqueda por que las mujeres volvamos al silencio, a la vergüenza, a sentirnos culpables por la violencia que recibimos. Ante esto, María José Lubertino, presidenta de la Asociación Ciudadana por los Derechos Humanos y parte de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, dice: “Nos venimos organizando desde hace años. Poniendo nuestros cuerpos, movilizándonos y generando acciones múltiples. Y en momentos en los que avanzan grupos anti derechos, en los que hay incertidumbre política, creemos elemental reafirmarnos en defensa de la democracia, de los derechos humanos”.

Desde la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito también se pronunciaron a través de un comunicado para repudiar los discursos de odio y las declaraciones amenazantes sobre los derechos sexuales y reproductivos de mujeres, disidencias, jóvenes y niñes por parte de candidatos a la presidencia. “Y rechazamos, también, la intención de reabrir debates que ya fueron saldados en ambas cámaras del Congreso de la Nación. La ley 27610 de interrupción voluntaria del embarazo, por ejemplo, que permite a las mujeres ejercer su derecho y pone fin a la hipocresía de castigar a las más pobres con la cárcel o la muerte por abortos clandestinos. Y tenemos la ley 26150 de educación sexual integral obligatoria que, sí, podemos debatir sobre la implementación, que sigue siendo insuficiente. Pero hay que mejorar, no eliminar”, agrega María José Lubertino, en comunicación con Periódico VAS.

¿Qué posibilidades reales, desde lo legal, hay de que suceda un retroceso y se eliminen derechos ya adquiridos?

Una cosa es la teoría jurídica y otra es la praxis. Hay un marco internacional de tratados en los que podemos ampararnos, pero está lleno de legislaturas y congresos que violan la constitución. Y el poder de un presidente es mucho. Puede vetar leyes, pero además puede no dar presupuesto. Y sin presupuesto no hay ley que sobreviva.

En relación con esto, una de las consignas para el 28 de septiembre tiene que ver con el desendeudamiento.

Con cuestionar el pago de la deuda externa. Sobre todo, con no permitir que el pago suceda violando los derechos humanos de la población. Hay quienes dicen que hay que pagar y desendeudarse, otros que hay que hacer un planteo internacional y no pagar. Pero el punto es cuestionarlo. Porque si no somos un país dependiente y eso deviene en violencia sobre los territorios que da lugar a la explotación minera, sojera, del litio, petrolera. Hay que salir de este modelo de maldesarrollo, pensar en una vida en armonía con la naturaleza.

En el comunicado dicen: “¡Arriba nuestros pañuelos verdes, arriba nuestros derechos! En las calles los conquistamos, en las calles los defendemos”. ¿Por qué es importante la reivindicación de la calle como espacio de conquista?

Porque es el espacio para lo colectivo y es de esa manera que se encuentran soluciones. Hay que tratar de nuclearnos con las personas que pasan la misma situación: inquilinos, víctimas del extractivismo, mujeres que cuidamos y no tenemos infraestructura. No nos quedemos solos o solas. Aunque sea un esfuerzo de tiempo, de energía. No hay manera de que las cosas cambien si no nos involucramos.
Las madres y abuelas de Plaza de Mayo son ejemplo. Primero eran poquitas y casi en soledad lucharon contra los molinos de viento. Hoy nos toca otra cosa, pero nos toca. Desigualdades, injusticias. Así que no es cuestión de tirar la chancleta y votar cualquier cosa a modo de protesta. Porque querer políticos más austeros no es lo mismo que querer que desmantelen el Estado. Y hay personas que lo están confundiendo.

Aparece, entonces, la necesidad de hablar, la importancia de la palabra en el encuentro con la otra persona.

Claro. Porque cuando el Estado no nos permitía el aborto legal, seguro y gratuito, cuando no teníamos una ley de educación sexual integral, de procreación responsable, comenzamos, en la década del 80 y del 90, a hablar. En los Encuentros Nacionales de Mujeres, a organizarnos, a generar Organizaciones No Gubernamentales. Hablamos de la prevención de la violencia hacia las mujeres, de la violencia sexual, distribuimos preservativos en las calles, informamos sobre cosas que los sectores anti derechos no querían porque decían que eran métodos abortivos, como el DIU, la anticoncepción de emergencia, lo que se llama la pastilla del día después. Con el tiempo eso fue lo que generó un cambio de actitud. Y pasamos de estar a la defensiva a estar a la ofensiva, a tener la posibilidad de pedir el juicio político a jueces que pretendían criminalizar a mujeres por pretender un aborto legal, a pedir sanciones para los médicos que no realizaran las prácticas que iban siendo permitidas. Es importante recordar esto, traerlo al presente, porque no siempre estuvo. Son conquistas.

Y están, también, los discursos de odio.

Discursos peligrosos. No solamente en relación con los derechos sexuales y reproductivos, sino que tienen vínculos con represores, como es el caso de la candidata a vice de Milei. Hicieron ese acto de glorificación de sectores que tuvieron un rol dramático en la dictadura, siguen la teoría de los dos demonios. Nosotras nos solidarizamos con madres, abuelas, hijos, familiares. Ese es un ejemplo de por qué y cuándo hay que estar en la calle.
Además, en la actualidad se da el caso de que los grupos anti derechos tienen profundas contradicciones. Son tan liberales o libertarios que incluso es contradictorio que tengan una candidata a vice que sea abanderada de los antiderechos o lo que llamamos pañuelo celeste.
Lo que vemos ahora asusta, pero no es cuestión de tener miedo sino de convertir ese sentimiento en mayor activismo.

En ese contexto, los preparativos para el 28 de septiembre, Día de Acción Global por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito.

Un día especialmente importante en Argentina porque surgió acá, en el marco del quinto encuentro feminista latinoamericano y del caribe, en San Bernardo, en 1990. Elegimos esa fecha porque es el día de libertad de vientres en Brasil.
Primero se instituyó como día latinoamericano, después lo adoptó el mundo para reivindicar los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y de las personas gestantes, y el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos como mujeres y disidencias.
Así que, sí, llegamos a esta fecha en ese contexto electoral en el que, como colectivo, nos vemos en la necesidad de reivindicar que vivas, libres y desendeudadas nos queremos. No queremos más femicidios, queremos más políticas públicas que refuercen la prevención y el acceso a la justicia de las mujeres. La libertad de la que nosotras hablamos no es la libertad de mercado de Milei sino que es la libertad de poder decidir sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas. Y digo Milei, ahora, porque es lo concreto de esta charla. Pero en general desde la Campaña Nacional Por el derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito no solemos personalizar sino hablar de ideas. Lo que no queremos es lo que propone. Queremos un mundo en el que se pueda convivir.